sábado, 24 de noviembre de 2007

Sobrevivir entre carencias y abusos


Alberto Morales y Roberto Barboza, enviado y corresponsal

El Universal

Viernes 02 de noviembre de 2007


VILLAHERMOSA, Tab.— La ciudad amaneció con el tenue calor del sol que sólo ilusionó a miles, pero la pertinaz lluvia y un cielo completamente gris terminó con la esperanza de salir adelante de una de las peores catástrofes en la historia de Tabasco.

En la colonia Centro, dos metros bajo del agua, los automóviles apenas y se veían. Sus colonos recibieron el día sin comida, sin ropa seca, sin víveres ni agua potable, sin energía eléctrica; las calles lucían vacías, sin transporte público.

En la autopista Villahermosa-Macuspana, parcialmente abierta, la aglomeración de camionetas, tráileres y autobuses “ahogaban” aún más a esta ciudad.

Centenares de habitantes de las colonias Mangas, Las Gaviotas y Coquitos —de las más afectadas— deambulaban en largas filas en busca de un refugio para ponerse a salvo de las aguas del Grijalva.

Sobrevivir era la premisa. Las mujeres cargaban a sus pequeños en brazos; los hombres a sus televisores. Con bolsas negras de plástico, cientos sacaron, dicen, sus pocas pertenencias: una camisa, un shampoo; “mi peine”, comenta Carmela Solís damnificada de la colonia Manga I.

El éxodo tabasqueño y la creciente del río Grijalva se han convirtieron en un siniestro atractivo para viajeros y turistas que no dudan en llevarse a través de sus teléfonos celulares, cámara digitales o de video el recuerdo gráfico de las casas sumergidas en el agua.

La radio y TVT, el canal del gobierno estatal, son los medios de comunicación donde la gente suplica por ayuda y busca a sus familiares perdidos en alguna de las colonias anegadas desde el miércoles.

En ese espacio, Andrés Granier Melo, gobernador de la entidad, advirtió a todos los ciudadanos que “aquel que sea sorprendido robando ¡que se agarren, porque no habrá piedad para ellos!”.

Frente a las lanchas o cayucos que son los únicos medios para navegar entre las corrientes desbordas del Grijalva, los automóviles parecen inservibles. Vale más un tablón amarrado con cuatro bidones para escapar de la temible agua.

Se disparan los precios
La paradoja que viven los tabasqueños es similar a la del “burro del aguador”, “cargados de agua y muertos de sed”, pues carecen de líquido potable tanto en el suministro público como en el servicio de las empresas de agua embotellada donde un garrafón de 20 litros, gracias a los especuladores, llega a costar hasta 60 pesos.

En las tiendas departamentales cientos se arremolina para comprar víveres. “Hay compras de pánico”, afirma Lucrecia Sánchez; sin embargo, otras mujeres como doña Consuelo tratan de conseguir lámparas y baterías para pasar la noche en uno de los albergues. “Pero nomás traigo 100 pesos, no sé si me alcance”, se lamenta la mujer.

Al anochecer, Villahermosa se ahoga en su tragedia. La autopista Villahermosa-Aeropuerto lentamente sucumbe y cuatro de los seis carriles parecen un espejo de agua.

“El daño ambiental podría tardar 3 años en desaparecer”

Alberto Morales
El Universal
Domingo 28 de octubre de 2007
alberto.morales@eluniversal.com.mx

JESÚS CARRANZA, Ver.— Mario Pérez, de la comunidad El Ranchito, refiere que escuchó el momento en que el ducto de 30 pulgadas que corre de Teapa a Salina Cruz hizo explosión el miércoles pasado en esta localidad.

Pero ahora, el hallazgo no le significa ni el más mínimo orgullo. “¿Dé qué vamos a vivir? El río está contaminado, gruesas capas de petróleo lo infestan”, agrega y su mirada se pierde en lo espeso del aceite que lo cubre todo.

Afirma que eran como las cinco de la tarde; él paseaba por la orilla del río cuando se oyó un gran estruendo y en sólo unas horas miles de litros de aceite comenzaron a llenar la ribera del río Jaltepec, afectando la maleza, árboles y plantas.

Más de 10 mil barriles de gasóleo, según los reportes extraoficiales, llegaron al cauce de este afluente, así como a los ríos Chiquito y Coatzacoalcos, que representan el principal sustento de miles de familias de la región.

Como consecuencia inmediata de esto, miles de habitantes de las comunidades de Jáltipan, Hidalgotitlán, Uxpana y Jesús Carranza, se quedaron sin agua potable.

Pescador de toda la vida, Mario Pérez comenta que no sólo se siente ofuscado por el daño ecológico que causó este derramamiento de petróleo a los habitantes de esta zona, sino por los tiempos “que se vendrán peores para todos los pueblos y rancherías de esta área”.

“En una buena semana me ganó hasta 5 mil pesos por la venta de acamalla y langostino que saco del río. Es más, por estos días comienza a bajar el robalo, pero con esta peste a aceite, pos el animal se espanta”, afirma.

“¿Qué vamos a pescar? ¿De qué vamos a vivir? ¿Quién nos va a ayudar”, se pregunta el entrevistado. Para su familia, su trabajo y el de sus dos hijos mayores, resultado de la pesca, representa el sustento para 10 personas.

“¡Mire cómo palean, puro aceite. Además, con la fuga, el aceite también se metió a los motores de las lanchas y eso quién nos lo va a pagar”, lamenta mientras una cuadrilla de trabajadores de Pemex, llevan el espeso líquido hacia las bombas de dragado para captarlo y sacarlo del río Jaltepec.

Amén de su precaria situación económica, Mario comenta que este año estaba juntando para comprar una lancha de fibra de vidrio, porque la que tiene de madera “ya hace agua desde hace un rato”.

Pero con los daños causados por el crudo sobre el afluente, en donde todos los días pesca, su sueño se ve lejano, frustrado.

Coincide con otros cooperativistas en que el daño ambiental podría tardar tres años en desaparecer.

Pemex instala tres diques para contener la fuga de gasóleo

Pescadores ven riesgo de que afluentes contaminados se desborden por lluvias

Alberto Morales
El Universal
Domingo 28 de octubre de 2007
alberto.morales@eluniversal.com.mx

JESÚS CARRANZA, Ver.— En un brazo fluvial que se une con el río Jaltepec, a un kilómetro de esta localidad, personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) estableció tres diques para contener el hidrocarburo que se derramó el pasado miércoles.

De acuerdo con declaraciones de algunos trabajadores de la paraestatal en esta zona, el aceite “está siendo recuperado por medio de bombas de dragado”, por lo que los esfuerzos ahora se concentran en los trabajos de limpieza del lugar.

En un recorrido realizado por este diario en el cauce del río Jaltepec, por donde se extendió una mancha provocada por más de 10 mil barriles del hidrocarburo, se constató el daño ecológico causado por el accidente.

En los esteros, así como en las orillas, el hidrocarburo brilla a través del agua. La vegetación literalmente esta “quemada” por los químicos, además de que un fuerte olor a petróleo flota en el ambiente en esta población, que tiene unos 5 mil habitantes, aproximadamente.

Jesús Carranza, uno de los municipios más afectados por la fuga del hidrocarburo, se ubica a dos horas de distancia al sur de Coatzacoalcos; es un terreno fértil, de verdes pastizales, donde abundan los ranchos que se dedican a la cría de ganado.

Pero desde el miércoles pasado el panorama cambió. Las orillas del río son negras; de las piedras escurre aceite, y a pesar de ello animales de cría como toros cebú y caballos de reza van hasta ese sitio, al que ya identifican como su abrevadero.

Silvio Montero Ignacio, presidente de una de las cooperativas de pescadores, advierte que además del daño ambiental, las familias enfrentan otro gran problema, que es el mal tiempo, previo al invierno.

El frente frío número cinco, que está por impactar en el estado veracruzano, representa una severa amenaza debido a que las lluvias que lo acompañarían podrían desbordar el arroyo, con todo y los restos del aceite fugado de una de las tuberías de la paraestatal.

“Si viene la lluvia va a crecer el arroyo y botará todo para afuera. La mancha se la llevó la corriente y se dirige hacia Minatitlán, pero todavía hay manchas por acá”, dice Ricardo Martínez, quien es vecino de Jesús Carranza y está apoyando las tareas de limpieza.

En tanto, Montero Ignacio solicitó al presidente Felipe Calderón Hinojosa y al gobernador de la entidad, Fidel Herrera Beltrán, que les manden ayuda económica, así como a personal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para analizar el agua y determine el grado de contaminación, así como las posibles soluciones a este problema ecológico.

“Queremos que los recursos lleguen a la cooperativa, porque si llegan al municipio, éste se queda con ellos. Como este presidente municipal (Héctor Sánchez) ya va de salida, pos va querer agarrar todo”, consideró Moreno Ignacio.

Petróleos Mexicanos contrató a algunos pescadores con sus lanchas de motor diesel por 2 mil 800 pesos a la semana, mil 200 pesos menos de los que, dice, gana en una semana de pesca.

“Me vine desde ayer (viernes) a ayudar, por la necesidá, pero los sueldos que nos pagan no alcanzan para nada; además nos dicen que trabajamos de siete de la mañana a cinco de la tarde, pero ayer nos quedamos hasta las 10 de la noche”, comenta José García.

Asegura que limpiar el río va a llevar mucho tiempo, aunque se negó a hacer estimaciones. “Por eso queremos a una persona del gobierno para que nos apoye. Con este derrame nos han afectado por varios años de nuestro trabajado como pescadores”, agrega

El presidente municipal de Jesús Carranza, Héctor Sánchez Molina, del Partido Acción Nacional (PAN), dijo que ya había solicitado la ayuda al gobierno de estatal.

“No contamos con grandes presupuestos. Creo que este sábado traerán despensas para los pescadores, pero estamos a la espera de los apoyos”, afirmó.

Pacto en alta mar los salva

Alberto Morales
El Universal
Viernes 26 de octubre de 2007
alberto.morales@eluniversal.com.mx

CIUDAD DEL CARMEN, Camp.— Subieron a la mandarina (balsa de emergencia), pero justo cuando iban a ser rescatados por un barco, una ola de más de 10 metros la volteó y se reventó. Soportaron el agua helada del Golfo; nadaron por 22 horas, abrazados, y cuando uno se “chispaba” (soltaba) los otros regresaban por él.

“¡Los cuatro nos salvamos o aquí nos quedamos todos¡”, recuerda Teodesio Rueda de León, que junto con Jorge Herrera, Carlos Blas y Rodolfo Reyes, fueron rescatados por la Marina un día después del accidente registrado en la plataforma Usumacinta, en la sonda de Campeche, el pasado martes.

Apenas y puede hablar; su voz —abatida por el cansancio— parece la de un abuelo y apenas llega a los 37 años. La determinación de permanecer juntos con sus compañeros de cuadrilla y la fe en Dios fue lo que los ayudó a salir con vida en medio de la tragedia, comenta.

“El recuerdo de mi esposa y mis hijas, me daban fuerzas. Jorge decía que contáramos chistes para no quedarnos dormidos, pero yo le decía que cómo iba a pensar en chistes en esos mementos”, expresa casi lloroso el perforador originario de Agua Dulce, Veracruz.

A pesar del miedo, los cuatro se aferraron a la vida; se turnaban para que mientras tres descansaban, el otro era el “motor” que los empujaba. “Así nos encontraron como a las cuatro de la tarde (del miércoles)”, asegura.

Así se lo dijo al presidente Felipe Calderón, quien visitó ayer a Teodesio, Jorge, Carlos y Rodolfo, en el hospital regional de Pemex. El mandatario destacaría la valentía y el esfuerzo de los cuatro por haber conservado la vida.

La ciudad comienza lentamente a recuperarse del frente frío que azotó el pasado martes. En los hospitales del IMSS y de la Secretaría de Salud de esta ciudad, médicos señalaron que los sobrevivientes que fueron atendidos han sido dados de alta.

“Hay 50 desaparecidos”
Pero los familiares denuncian por la radio local que hay una mandarina desaparecida con 50 trabajadores de la plataforma. La misma noticia corre en los radios de “banda civil” de los taxistas donde se lanzan mensajes de que hay más cadáveres flotando cerca de la playa.

Ayer, la paraestatal informó que el accidente dejó 19 muertos; cuatro personas estaban desaparecidas y que las labores de búsqueda continúan en la zona por medio de helicópteros de Pemex y de la Armada de México.

Un trabajador petrolero, quien no dio su nombre por temor a represalias, comenta que en la plataforma se labora en condiciones inhumanas.

Denuncia que muchas empresas subcontratan personal por salarios de que van de los 2 mil 800 pesos a la catorcena; con jornadas de 12 horas diarias y sin prestaciones sociales en el caso de ayudantes o mecánicos.

Para los “perforadores”, agrega, los salarios van de 10 mil o 15 mil pesos, cuando un ayudante de perforación de Pemex sindicalizado gana como mínimo 21 mil pesos a la catorcena, más prestaciones y recibe instrucción en caso de una emergencia.

“Adiós, campeón; el mar te derrotó”


Alberto Morales

El Universal

Jueves 25 de octubre de 2007


CIUDAD DEL CARMEN, Camp.— “Adiós campeón”, expresaron con pesar familiares y amigos de Leandro Manuel Hernández Pozo, ex boxeador y uno de los 18 trabajadores que perdieron la vida, luego del accidente en la plataforma Usumacinta, en la sonda de Campeche.

Sobre su ataúd le colocaron un par de guantes negros, los mismos que lo llevaron a coronarse campeón en la categoría súper gallo, a nivel estatal. La muerte no lo dejó regresar al ring ni a la plataforma donde desde hace cuatro años trabajaba como obrero.

Su viuda Sandra Patricia Pacheco lo recuerda como un hombre valiente y “entrón”; que sabía fajarse “con quien fuera”. Pero el mar lo derrotó.

“No sabemos que pasó; hay un silencio muy grande de cómo fue que falleció, desconozco si estaba en las mandarinas (balsas de emergencia). Pero eso ahorita no me importa, sólo lo quiero velar”, señala.

El chamaco Pozos, así se conocía al ídolo de los “carmelitas”, aunque nació en Tabasco, recuerda Manuel de Jesús Cordero, presidente en la década de los 80 de la Comisión de Box y Lucha en la entidad.

Cordero viajó de la ciudad de México a Ciudad de Carmen para rendir tributo y dar el último adiós.

“Nunca voy a olvidar su pelea de campeonato contra Guiquinea; Manuel le ganó por decisión, pero la función fue tan buena que hasta monedas les arrojaron”, señala.

Anoche, la ciudad parecía estar bajo un halo de luto, de tristeza. “A todos nos tomó por sorpresa, nunca nos avisaron”, dice Guadalupe Damián, de oficio oficinista, quien se persigna y dice que apenas tuvo tiempo de ir por sus hijos a la escuela cuando comenzaron los vientos de más de 130 kilómetros por hora.

Otro luto
“Nunca pensamos que esto acabaría en tragedia”. Y es que para los familiares, las causas de deceso de los 18 trabajadores son “inciertas”.

Carmen Granillo, del municipio de Emiliano Zapata, Tabasco, dice que a la una de la mañana del martes le avisaron que su hijo José Manuel tuvo un accidente. Ayer, personal de la Compañía Perforadora La Central, le dio la fatal noticia.

“Teníamos esperanza, aunque fuera todo golpeado, de que lo encontráramos con vida”, explica cabizbajo a la espera de que las autoridades le entreguen el cuerpo de su hijo para llevarlo a su natal Emiliano Zapata, donde será enterrado.

“En la radio, dijeron que en Nuevo Carmelita encontraron una mandarina con 25 compas helados, vaya a usted a saber qué pasó. De la autoridad no sabemos nada”, asegura Arturo, de oficio taxista.

La noche del martes, las sirenas de las ambulancias rompieron con la tranquilidad de Los Carmelitas.

Accidente en Pemex deja 18 muertos



Anoche la ciudad parecía estar bajo un halo de luto, de tristeza y de incertidumbre, tras conocerse la muerte de 18 trabajadores que laboraban en la plataforma petrolera Usumacinta

Alberto Morales y Francisco Ynurreta, enviado y corresponsal

El Universal

Jueves 25 de octubre de 2007


alberto.morales@eluniversal.com.mx
CIUDAD DEL CARMEN, Camp.— Anoche la ciudad parecía estar bajo un halo de luto, de tristeza y de incertidumbre, tras conocerse la muerte de 18 trabajadores que laboraban en la plataforma petrolera Usumacinta.

A lo largo del día, uno a uno, los cuerpos rescatados llegaban a las funerarias.

“Nunca pensamos que esto acabaría en tragedia”. Y es que para los familiares las causas del deceso de los 18 trabajadores son “inciertas”.

Leandro Manuel Hernández Pozo es una de las víctimas, quien perdió la vida luego del accidente en la plataforma, en la sonda de Campeche, y en donde otras siete personas fueron reportadas a la deriva.

Sobre su ataúd le colocaron un par de guantes de box con los que se coronó campeón en la categoría supergallo, a nivel estatal. La muerte no lo dejó regresar al ring, ni a su lugar de trabajo donde hace cuatro años laboraba como obrero.

Su viuda lo recuerda como un hombre valiente y “entrón”. Pero el mar lo derrotó.

De acuerdo con información de Petróleos Mexicanos, a pesar del mal tiempo provocado por el frente frío número cuatro, 61 obreros más —varios de ellos lesionados— fueron rescatados y trasladados a Ciudad del Carmen, y al puerto de Dos Bocas, en Tabasco.

Ayer por la tarde fue avistada una barcaza de emergencia (mandarina), en la que se presume pudiera encontrarse personal que laboraba en el lugar del accidente.

Las condiciones climáticas dificultan el operativo de búsqueda y rescate de dichas barcazas, así como de los trabajadores, quienes, pese a los vientos huracanados y el fuerte oleaje, se lanzaron al mar.

Según la paraestatal, en el momento del percance, calificado como una de las peores tragedias que se han vivido desde que se instaló la industria petrolera en el lugar, en la plataforma se encontraban 86 obreros.

Sin embargo, versiones no confirmadas de empleados de Pemex en Ciudad del Carmen indican que en la plataforma Usumacinta —propiedad de la Compañía Perforadora Central, SA de CV— el número de empleados a bordo superaba los 150.

Ayer por la noche autoridades ministeriales llevaron a cabo los trámites legales de identificación, recepción y traslado de los cuerpos al servicio médico forense para su posterior entrega a los familiares.

En la ciudad de México, el presidente Felipe Calderón expresó sus condolencias por el accidente, mediante un comunicado.

Por otra parte, a causa también de los fuertes vientos, en Sonora son buscadas dos embarcaciones extraviadas en diferentes puntos de la costa; siete personas están desaparecidas.
En Tabasco, personal de la Armada adscrito en Paraíso, busca a dos pescadores que presuntamente naufragaron. (Con información de Roberto Barboza y Noé Cruz Serrano, corresponsal y reportero)